sábado, 29 de junio de 2013

Fromm: ¿muerte o vida?

Cuando pensamos en la vida y la muerte, todos dicen que la muerte es el fallecer y dejar este mundo, mientras que el vivir es simplemente seguir en este mundo, caminar, amar, movernos. ¿Pero es así realmente?

Según Fromm uno de mis autores favoritos manifiesta que esta opción tiene la característica de ser un fundamental separador de aguas al expresar que: “No hay distinción más fundamental entre los hombres, psicológica y moralmente, que la que existe entre los que aman la muerte y los que aman la vida, entre los necrófilos y los biófilos”.   “El amor a la vida o el amor a la muerte son la alternativa fundamental que confronta todo ser humano”.

La necrofilia va más allá de ser una  perversión sexual,  e implica un odio activo a la vida.

La persona con orientación necrófila se siente atraída y fascinada por todo lo que no vive, por todo lo muerto: cadáveres, marchitamiento, heces, basura. Los necrófilos son individuos aficionados a hablar de enfermedades, de entierros, de muertes. Empiezan a vivir precisamente cuando hablan de la muerte. (Fromm 1966)

Las personas fuertemente necrófilas son muy peligrosas pues son aquellas que odian, como los racistas, son partidarios de solucionar los conflictos por medio de guerras, el derramamiento de sangre y la destrucción. No sólo son peligrosos si alcanzan altos cargos políticos también cuando ocupan un lugar cercano a los dictadores o de gente con mucho poder, son los ejecutores de las ordenes, que aplican castigo para someter a otros, aunque a veces es necesario tener algo de s necrofilia  para que así haya orden en esta sociedad, que si no tiene alguien que controle e imponga reglas, se sienten vacíos, sin saber qué hacer y podrían llegar a hacer actos delincuenciales, ya que no tendrían valores, ni normas a las cual regirse.

Lo contrario a esto es la biofilia que se caracteriza por el crecimiento de una manera estructurada, funcional, que ama la vida, y la vida para ellos es utilizar su tiempo sabiamente, en cosas que incremente sus conocimientos, de forma productiva, ya que se vive mientras más aprendes.

Fromm rechaza estar hablando de una mera abstracción o de un conglomerado de tendencias. De lo que se trata, tanto con la necrofilia como con la biofilia, es de una “orientación fundamental” que trasciende rasgos particulares y representa “una orientación total, todo un modo de ser” (Fromm 1966).

En el caso de la necrofilia, “es la orientación hacia la vida más morbosa y más peligrosa de que es capaz el hombre”, es “una verdadera perversión” (Fromm 1966).

La biofilia se despliega completamente en la orientación productiva, y “es movida por la atracción de la vida y de la alegría; el esfuerzo moral consiste en fortalecer la parte de uno mismo amante de la vida”(Fromm 1966).

Resulta pues que el hombre avanza en la dirección que ha elegido,  la de la vida o la de la muerte, la del bien o la del mal.

Si bien existe, pues, un elemento irreducible donde entra en juego la libertad de cada persona, hay factores personales, de crianza, como sociales, que influirán en el desarrollo y la intensidad en la adopción de una orientación.

Sólo una pequeña minoría es totalmente necrófila, la inmensa mayoría tiene algunas tendencias biófilias aun cuando sean débiles. Todos tenemos inclinaciones biófilias y necrófilas lo que nos produce conflictos internos, el resultado de dicho enfrentamiento depende de la intensidad de cada tendencia y también de las condiciones sociales que reforzarán a una de esas orientaciones, además de los acontecimientos particulares de la vida de cada persona.

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